La Plata sigue conmocionada por el crimen del profesor Pablo Pedro Mieres, quien fue asesinado de forma brutal en su propia casa el pasado 16 de junio. Tras semanas de intensa investigación, la Policía logró detener al principal sospechoso: Nicolás Damián Arévalo, un delincuente con un extenso prontuario, que fue capturado este lunes en la ciudad de Berisso.

Mieres, de 37 años, era profesor de Química y secretario de Asuntos Estudiantiles en la Facultad de Ciencias Exactas de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP). La noche del crimen había regresado de un cumpleaños con amigos cuando pactó un encuentro que derivó en su asesinato.

Según la reconstrucción policial, Mieres se cruzó con Arévalo en las inmediaciones de la estación de trenes de 1 y 44. Lo conocía previamente. Luego de una breve charla, el sospechoso volvió a aparecer junto a un cómplice y ambos ingresaron al domicilio de la víctima, en 115 entre 46 y 47. A la 1.50 de la madrugada, las cámaras de seguridad registraron un grito desgarrador, y minutos después se vio a los dos hombres retirándose del lugar cargando objetos cubiertos.

Cuando la Policía ingresó a la vivienda, se encontró con una escena espeluznante: Mieres yacía desnudo, atado de pies y manos, y con la boca tapada por un trapo. La autopsia reveló que murió por asfixia mecánica, estrangulado con una prenda de vestir. También presentaba golpes en el rostro y signos de defensa, lo que confirmó una violenta lucha.

El caso fue investigado por la Fiscalía de Gonzalo Petit Bosnic y la DDI La Plata, bajo la dirección del comisario inspector Cristian Casetti. A partir del análisis de cámaras, testimonios y rastros encontrados en la escena, lograron identificar a Arévalo como el autor material del crimen. Al momento de su detención, se encontraba oculto en Montevideo entre 12 y 13, en Berisso, y vestía la misma ropa que usaba la noche del asesinato. También llevaba un cuchillo entre sus pertenencias.

Arévalo, de 39 años, acumulaba más de 15 causas judiciales desde 2003: robos, amenazas, lesiones, violación de domicilio y causas por drogas. En diciembre pasado había accedido a salidas transitorias desde la Unidad Penal N°1 de Olmos.

La fiscalía lo imputó por homicidio doblemente agravado en concurso ideal con robo, una calificación que prevé prisión perpetua. Ahora, los investigadores trabajan para identificar y capturar al cómplice que lo acompañó aquella madrugada.

El crimen de Pablo Mieres no fue un robo al voleo: fue un ataque premeditado. Las pruebas descartan el ingreso forzado y confirman que fue el propio profesor quien abrió la puerta a sus asesinos.

Este asesinato no solo sacudió a la comunidad académica de La Plata, sino que volvió a poner en debate la reincidencia criminal y el sistema de libertades transitorias para delincuentes con múltiples antecedentes.