Tenía 39 años y luchaba contra un cáncer. Denunció los recortes en salud que afectaron su tratamiento. La música independiente y la lucha social la despiden con profunda tristeza.

La Plata atraviesa horas de enorme tristeza tras conocerse el fallecimiento de Araceli Julio, cantante y compositora de la reconocida banda de ska Satélite Kingston. Tenía 39 años y murió el pasado miércoles tras batallar durante más de un año contra un cáncer que le fue diagnosticado a principios de 2024.

Araceli no solo dejó una marca indeleble en la escena musical independiente, sino también en el ámbito social, al denunciar públicamente el desmantelamiento de áreas clave de la salud pública. La artista había advertido en redes y entrevistas que el ajuste impulsado por el gobierno de Javier Milei afectó directamente su tratamiento oncológico, que dependía de un programa estatal.

Madre de dos hijos, Araceli Julio se sumó a Satélite Kingston a fines de los 2000, y su voz cálida y poderosa redefinió el rumbo del grupo, con una propuesta que fusionaba el ska clásico con sonidos del Río de la Plata. Fue una figura clave del género en toda Latinoamérica.

Con discos emblemáticos como El enemigo y Todo el tiempo, Araceli fue la voz de temas que se volvieron himnos del ska local, como “La última carta”, “El hilo” y “En mil años”. Su música y su sensibilidad atravesaron generaciones.

A principios de este año, su vida cambió radicalmente con el diagnóstico de cáncer. La cantante recibía su medicación a través de la Dirección de Asistencia Directa por Situaciones Especiales, dependiente del Ministerio de Salud, pero tras el ajuste presupuestario el suministro fue interrumpido. Esto derivó en una batalla judicial, que Araceli ganó, aunque el tiempo jugó en su contra.

“La vamos a extrañar como quizás aún no sabíamos que se podía extrañar a alguien en esta vida”, expresaron sus compañeros de Satélite Kingston en un comunicado cargado de emoción. “Solo nos reconforta la noción de que tendremos siempre muy presente la dulce compañía de su recuerdo y también los registros de su voz, su sonrisa, sus canciones”.

El mundo del ska, la música popular y los espacios de lucha social despiden hoy a una artista inmensa, cuya ausencia deja un vacío irreparable.