Lanús volvió a dar un golpe histórico en la Copa Sudamericana. En el mítico Estadio Maracaná, empató 1-1 frente a Fluminense y, gracias al 1-0 conseguido en la ida, se metió en las semifinales del certamen continental. El gran héroe de la noche fue Agustín “Pitín” Cardozo, mediocampista con pasado en Gimnasia, que se adueñó del mediocampo y fue decisivo para sostener el sueño granate.

El conjunto brasileño se puso en ventaja con un gol de Agustín Canobbio, lo que momentáneamente igualó la serie. Sin embargo, lejos de replegarse, el Grana mostró temple y respondió con el tanto de Dylan Aquino para asegurar la clasificación.

Más allá del resultado, el partido estuvo marcado por la tensión: incidentes en las tribunas, represión policial a hinchas visitantes y demoras en el desarrollo del encuentro. Pese a todo, Lanús sacó pecho en un escenario hostil y se llevó la llave gracias a un planteo sólido y la gran actuación de Cardozo, que manejó los tiempos, recuperó balones y se transformó en figura.

La gesta del Granate confirma que la mística argentina sigue vigente en el continente. Y para Gimnasia, queda el orgullo de ver a un ex jugador como “Pitín” Cardozo brillar en una noche que ya quedó en la historia de Lanús.