Memorias
Exclusivo de Diario Gran La Plata

Francisco Castillo, el joven de La Plata que llevó el jiu-jitsu argentino a escenarios internacionales

Francisco Ganó, cuatro títulos del Argentina Open, campeonatos del AJP Nacional en Chile, Uruguay, Paraguay y Argentina, además de un valioso tercer puesto en el prestigioso IBJJF de Brasil.
Francisco Ganó, cuatro títulos del Argentina Open, campeonatos del AJP Nacional en Chile, Uruguay, Paraguay y Argentina, además de un valioso tercer puesto en el prestigioso IBJJF de Brasil.
Hoy, combina la competencia con su labor como profesor, transmitiendo su experiencia a chicos de todas las edades en su ciudad natal.
Hoy, combina la competencia con su labor como profesor, transmitiendo su experiencia a chicos de todas las edades en su ciudad natal.

Con solo 25 años, Francisco Castillo se ha convertido en uno de los máximos referentes del jiu-jitsu argentino. Vecino de La Plata, comenzó a entrenar a los 16, casi 17, y desde entonces su historia es un ejemplo de superación, esfuerzo y amor por el deporte.

En una disciplina que se define por peso y cinturón, Francisco no tardó en destacarse. Primero compitió en torneos locales y nacionales, pero pronto su talento lo llevó más lejos.

Su gran salto fue en Brasil, adonde viajó por tres meses para vivir en un gimnasio junto a otros atletas. Allí competía todos los fines de semana, acumulando títulos, experiencia y una confianza que le abrió las puertas al circuito internacional.

Ese impulso lo llevó a una verdadera gira mundial, participando en campeonatos de Chile, Uruguay, Paraguay, Perú, Italia y Turquía, dejando siempre el nombre de Argentina en lo más alto.

Hoy, con el cinturón negro en su cintura, su palmarés impresiona: cuatro títulos del Argentina Open, campeonatos del AJP Nacional en Chile, Uruguay, Paraguay y Argentina, además de un valioso tercer puesto en el prestigioso IBJJF de Brasil.

Pero el camino hasta allí no fue sencillo. Antes de poder vivir del jiu-jitsu, Francisco trabajó en todo tipo de empleos: repartía productos de su propio emprendimiento en bicicleta, fue empleado de restaurantes y realizó diferentes oficios para financiar viajes, inscripciones y equipamiento. Cada peso que ganaba iba a un pasaje o a su próxima competencia

Hoy, combina la competencia con su labor como profesor, transmitiendo su experiencia a chicos de todas las edades en su ciudad natal. Su objetivo es claro: seguir creciendo como atleta y formador, e inspirar a las nuevas generaciones a perseguir sus sueños. La historia de Francisco Castillo demuestra que los limites se los pone uno mismo.

Con pasión en el corazón, ningún sueño queda lejos.

Lectores: 3844

Comentarios

MÁS NOTICIAS