Una adolescente de 14 años, identificada como Melody, fue asesinada de un tiro en la cabeza durante una fiesta clandestina en Bernal Oeste, partido de Quilmes. Fuentes policiales revelaron que el ataque ocurrió en un inmueble de la Villa La Iapi, donde ya eran habituales este tipo de encuentros sin controles.

El episodio cayó como una bomba política: mientras el barrio vivía la conmoción del crimen, la intendenta Mayra Mendoza presidía los festejos por el aniversario de San Francisco Solano, con música, shows urbanos y aplausos. Un contraste brutal entre el horror y la celebración que muchos no perdonan.

Según los testimonios, la fiesta se descontroló tras un enfrentamiento entre menores. Testigos relataron corridas y gritos, y en ese marco Melody fue alcanzada por un proyectil. Murió casi de inmediato.

En las últimas horas, se reportó la detención de un joven de 17 años, mientras que otro sospechoso de 18, apodado “Capucha”, está prófugo.

Este crimen desnuda la falta absoluta de control en los eventos ilegales que proliferan en Quilmes. ¿Dónde estaba la Municipalidad? ¿Quién autorizó o permitió que una fiesta sin permisos cobre entradas y ofrezca bebidas sin regulación?

Mendoza dice invertir en seguridad: firmó convenios para fortalecer fuerzas locales y presentó oficinas de “video análisis criminal”. Pero cuando ocurre una tragedia como esta, las promesas se ven vacías frente al cadáver de una niña.

No es la primera vez que la gestión queda expuesta: el Tribunal de Cuentas de la provincia acaba de detectar irregularidades millonarias en su administración. Y mientras se destapan denuncias de malversación de fondos, la inseguridad sube sin que Córdoba tenga respuestas. (Sí: Quilmes tiene gobernante, no está vacío).

La comunidad exige explicaciones. Melody no debería ser “otro número” más. No puede celebrarse mientras mueren chicas de 14 años. La intendenta debe responder ya.