Los investigadores a cargo de la causa que se abrió por la muerte de la psiquiatra
Como anticipó Hechos y Derecho, el homicidio de esta reconocida profesional de 65 años sucedió en Cantilo entre 15 A y 17, una zona que ya venía convulsionada por el rapto y violación de una chica, el último miércoles. Pero esa es otra historia.
La muerte de Franco se descubrió ayer a la mañana, cuando la hallaron tirada en su propiedad, con ropa de cama y ensangrentada. Detectaron faltantes, la más notoria es la de su celular, pero la autopsia que se hizo en las últimas horas terminó por confirmar todas las sospechas.
Además de un fuerte golpe en la cara, la psiquiatra tenía cortes en el cuello -que fueron los que le causaron la muerte- y heridas de defensa en sus manos, informaron fuentes oficiales.
Las puertas del domicilio no estaban cerradas, como solía dejar la víctima, que era desconfiada y celosa de su seguridad, según contaron quienes la conocían.
También llamó la atención las contradicciones de un hombre, con el que ella estableció un vínculo de confianza desde la época en que enviudó. Franco no tenía hijos y siempre fue muy generosa.
Por eso conoció a una familia muy necesitada, hace unos dos o tres años, y empezó a ayudarla. Pero como le costaba el manejo de las nuevas tecnologías, le empezaron a manejar las redes, las claves de homebanking y billeteras bancarias y también sus ahorros.
Esa pista es la que ahora siguen los pesquisas, bajo la instrucción del fiscal Álvaro Garganta.
La causa quedó caratulada como "homicidio en ocasión de robo".