La Plata vuelve a sacudirse por un pedido judicial que genera bronca, estupor e incredulidad entre vecinos y familiares de la víctima: Felicitas Alvite, conocida como “La Toretto de La Plata”, solicitó autorización para salir dos veces por semana de su prisión domiciliaria y trabajar como niñera, mientras avanza el proceso que podría llevarla al banquillo por el homicidio de Walter Armand, el motociclista que murió atropellado en abril de 2024.
La defensa presentó el planteo ante el Tribunal Oral en lo Criminal N° 2. Allí detallaron que una familia cercana al domicilio de Alvite le ofreció cuidar a su bebé dos tardes por semana a partir del año próximo. El pedido, ahora en estudio, permitiría que la acusada —procesada por homicidio simple con dolo eventual, delito con penas de 8 a 25 años de prisión— abandone su casa en esos horarios.
El argumento de la defensa es que Alvite “tiene que trabajar por su edad y porque no estudia”, y que cualquier otra capacitación la haría de forma virtual. El fiscal y la querella deberán pronunciarse antes de que los jueces decidan.
Un pedido que llega mientras el juicio no arranca
El trámite ocurre en pleno clima de tensión: la tercera audiencia preliminar, clave para ordenar el juicio, fue postergada y recién se realizará el 18 de febrero de 2026. Las instancias previas ya estuvieron marcadas por fuertes cruces, denuncias de supuestos ocultamientos de prueba y cuestionamientos al accionar del fiscal de instrucción.
Mientras el expediente se mueve con una lentitud que desespera, el pedido de salidas laborales cayó como un balde de agua fría para quienes esperan una respuesta de la Justicia.
La familia de Walter Armand, otra vez golpeada
Para los allegados de Walter Armand, el motociclista de 36 años que murió tras ser embestido aquella madrugada del 12 de abril, el planteo es una provocación. Ellos insisten desde hace meses en que el juicio debe fijar fecha cuanto antes y consideran que la posibilidad de que la acusada salga a trabajar como si nada ocurre es una burla al dolor que cargan desde hace más de un año.
A la espera de la definición, la indignación crece: mientras la causa avanza a paso lento, la joven acusada de una muerte evitable pide permisos para rearmar su rutina y trabajar cuidando un bebé, un contraste que muchos consideran insoportable e injusto.
La sociedad platense vuelve a preguntar lo que la Justicia todavía no responde:
¿Cómo es posible que en un caso de homicidio con dolo eventual se estudien beneficios antes de siquiera poner fecha al juicio?
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