Durante más de siete años, un ingeniero de La Plata cargó con una de las acusaciones más devastadoras que puede enfrentar un padre. Señalado por un presunto abuso sexual contra su propia hija, atravesó un largo y desgastante proceso judicial que finalmente terminó con un desenlace tan inesperado como contundente: la joven, ya mayor de edad, reconoció ante el Tribunal que había mentido y la Justicia resolvió absolverlo por inexistencia de delito.
El caso se inició en 2018, en medio de una conflictiva separación de pareja. La entonces compañera del hombre presentó una denuncia penal en la que afirmaba que los supuestos abusos habrían ocurrido en el domicilio del acusado, en la ciudad de La Plata, cuando la niña tenía entre siete y diez años.
A partir de esa presentación, se activaron de inmediato los protocolos judiciales y comenzó una investigación que se extendió durante años. En una primera instancia, la defensa del ingeniero solicitó una exención de prisión, que fue otorgada, por lo que el imputado nunca llegó a estar detenido.
Con el avance del expediente, la Cámara de Apelaciones de La Plata dispuso el sobreseimiento del acusado al considerar que no existían pruebas suficientes para sostener la imputación. Sin embargo, esa resolución fue posteriormente revocada por el Tribunal de Casación bonaerense, que ordenó profundizar la investigación y llevar el caso a juicio oral.
La causa llegó finalmente al Tribunal Oral en lo Criminal N° 5 de La Plata, donde el debate se desarrolló la semana pasada. El juicio fue presidido por la jueza Carmen Palacios Arias, con la fiscal Viviana Arturi a cargo de la acusación, mientras que la madre de la joven participó como particular damnificada.
El punto de inflexión del proceso se produjo durante la declaración de la hija del imputado. Ya mayor de edad, la joven sorprendió a todos al admitir que el testimonio que había brindado años atrás en Cámara Gesell no era verdadero. Ante el Tribunal, explicó que había mentido como consecuencia de presiones ejercidas por su madre y por su abuela materna, en el marco del conflicto familiar que atravesaban sus padres tras la separación.
Ese relato fue respaldado durante el juicio por el psicólogo que acompañaba a la joven, quien avaló la versión expuesta en la audiencia.
Frente a este escenario, y tras siete años de proceso judicial, la fiscalía desistió de continuar con la acusación al concluir que el delito denunciado nunca había existido. En consecuencia, se prescindió del resto de la prueba testimonial y el Tribunal resolvió absolver al ingeniero.
La sentencia incluyó además una orden para que la madre de la joven sea investigada por el presunto delito de falso testimonio agravado, lo que abre un nuevo capítulo judicial en un caso que dejó profundas secuelas personales y familiares.
MÁS NOTICIAS